lunes, junio 13, 2005

13/06/05.- Se inició el año jubilar del milagro de La Dolorosa del Colegio.


Con los acordes del "Ave María" tocado en guitarra por el maestro Hugo Oquendo, el cuadro de La Dolorosa del Colegio, que realizó un prodigioso milagro en el año 1906, ingresó en la iglesia de La Compañía, dando inicio al Año Jubilar (que se extenderá hasta el 20 de abril de 2006), con el lema "El milagro de 100 años de amor".
El padre Federico María Sanfeliú, provincial de la Compañía de Jesús en el Ecuador explicó que la propuesta para este año que empieza será: "Enseñar en la casa, en la familia, en los colegios, no sólo nociones, sino un estilo de vida, aprender a vivir como hermano de Jesús. Se trata de disminuir al máximo el número de los no escolarizados, y en una campaña nacional, buscar soluciones eficaces que lo logren. Cada parroquia, diócesis, colegio, comunidad cristiana... estudiará la situación en su medio y pondrá como objetivo el solucionar los problemas concretos de los no escolarizados, para tratar de solucionarlos".
El religioso más adelante enfatizó: "Mejorar la calidad de la educación religiosa en la familia y en los colegios, en las parroquias, iglesias y otros lugares que se presten. Se trata de una renovación a fondo de los modos de proclamar el Evangelio y enseñar la catequesis, en la formación religiosa y de fe que estamos dando".
En la ceremonia también intervino el profesor Mauricio Robalino, presidente de la antigua asociación de alumnos del Colegio San Gabriel, quien propuso que los creyentes se unan a la misión de la Iglesia. Se realizó la promulgación del Año Jubilar a cargo de Monseñor Eugenio Arellano, Vicario Apostólico de Esmeraldas. Enseguida Paco Moncayo Gallegos, alcalde de Quito condecoró a La Dolorosa del Colegio.
El evento culminó con el Himno de La Dolorosa, interpretado por el coro principal de la iglesia de La Compañía.
El milagro
El 20 de abril de 1906, en el comedor del internado del antiguo Colegio "San Gabriel", de los Padres Jesuitas, localizado en el centro de Quito, una oleografía de Nuestra Señora de los Dolores movió los párpados, los abrió y cerró, en varias oportunidades.
Fueron testigos de este prodigio 36 alumnos acompañados por el Padre Roesch SJ, durante la cena de aquel día de inicios del siglo XX.
El sentimiento unánime de todo el pueblo creyente, comenzando por los Prelados, los sacerdotes, los religiosos, igual que los intelectuales y las sencillas mujeres del hogar, todos veían que la Virgen Dolorosa quiso mostrar su preocupación, su angustia, por la campaña anticristiana y atea que se abatía sobre la religiosidad del Ecuador; era la solicitud maternal que la Santísima Virgen quería ofrecer a los niños, las almas primeras y frágiles de la guerra contra la fe y la piedad de sus corazones.
Ella quería mostrar con aquellas señales que venían tiempos duros y difíciles para los católicos; que la educación cristiana iba a encontrar una feroz persecusión.
Era también ofrecerles su apoyo, su presencia, su compañía, para que la fe no cediera a los ataques del sectarismo ni ante todo tipo de amenazas.
Con el tiempo el liberalismo sectario entraría en repliegue, encontraría una réplica y una barrera, que conseguirá en unos años cambiar la situación político-religiosa del Ecuador.
Todo esto fue lo que el alma cristiana y fervorosa del Ecuador descubrió en los ojos dulces y tristes de La Dolorosa. Y con la luz de esa mirada reemprendió la lucha por la fe y por el compromiso de vivir y enseñar a los niños y a los jóvenes, a creer en Dios, seguir a Cristo, amar a la Virgen.
Para conmemorar el centenario de este milagro la Compañía de Jesús ha habilitado el site
www.ladolorosa.org