viernes, junio 10, 2005

10/06/05.- Carta del Arzobispo de Quito a los católicos de la Arquidiócesis y a todos los hombres de buena voluntad.

Estimados hermanos y hermanas en el Señor Jesús:
La paz, la unión y el amor preferencial a los más pobres de bienes espirituales o materiales, son los valores que brotan de la esencia misma del Evangelio de Jesús y que todos, no obstante las limitaciones y debilidades, intentamos en nuestras vidas dar testimonio y hacer realidad de esos valores.
A la luz de las enseñanzas de Jesús y luego de escuchar el parecer de hermanos y hermanas en la fe, en mi calidad de Arzobispo de la Arquidiócesis de Quito, comunico las siguientes resoluciones que he tomado:
Entregar a los padres de familia de la Escuela Inti, a la que han decidido que continúe siendo laica, la propiedad del edificio construido por la Arquidiócesis para Casa Parroquial y solicitar al Ilustre Municipio Metropolitano de Quito, que en lugar de entregar en comodato el terreno sobre el que se ha construido la escuela, como se venía tramitando, se lo haga a favor de quien reciba la propiedad del edificio.
Espero con ello contribuir al bien de los niños que vienen recibiendo este beneficio de la Escuela Inti y sus apreciadas familias, a la vez que animo a las parroquias y comunidades religiosas que en la Arquidiócesis tienen centros educativos, a seguir con mayor entusiasmo ofreciendo tan importante servicio al pueblo.
Los sacerdotes José Luis Molina y Miguel Olmedo tendrán en su Obispo de Jerez Mons. Juan del Río, del cual dependen, las disposiciones para su futuro ministerio sacerdotal.
Espero que cuanto antes se suspenda la huelga de hambre, no sin antes recordar que la vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin; por eso reafirmo que toda acción que se realiza en contra de la salud y que pone en peligro la vida propia o ajena, es inadmisible para la moral y constituye una transgreción del mandamiento de Dios; solo El es el dueño de la vida. El homicidio, el suicido, la agresión contra la integridad física deben ser rechazadas en una sociedad como la nuestra de hondas raíces cristianas.
Que el Sagrado Corazón de Jesús, en este día en que conmemoramos los 132 años de la Consagración de Ecuador a El, nos bendiga y fortalezca en nuestro servicio pastoral y a todos los fieles continúe otorgándoles la unidad y la paz.
+Raúl Vega Chiriboga, Arzobispo de Quito