miércoles, abril 29, 2009

San Germán de Constantinopla, defensor de la devoción a imágenes


CIUDAD DEL VATICANO, 29 ABR 2009 (VIS).-Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles al patriarca Germán de Constantinopla, que tuvo "un papel significativo en la compleja historia de la lucha por las imágenes durante la llamada crisis iconoclasta y supo resistir a la presión de un emperador iconoclasta (...) como León III".
"Durante el patriarcado de Germán (715-730) -explicó el Papa- la capital del imperio bizantino, Constantinopla, fue asediada por los sarracenos. En esa ocasión (717-718) se organizó una solemne procesión con la ostensión de la imagen de la Madre de Dios y la reliquia de la Santa Cruz para invocar del cielo la defensa de la ciudad. Efectivamente Constantinopla fue liberada del asedio".
Después de ese hecho el patriarca "se convenció de que la intervención de Dios debía considerarse una aprobación evidente de la piedad mostrada por el pueblo hacia los iconos sagrados", pero "el emperador León III que subió al trono en el 717 (...) empezó a manifestar cada vez más la convicción de que la consolidación del imperio debía partir de la reordenación de las manifestaciones de la fe, refiriéndose en particular al peligro de idolatría al que, a su parecer, el pueblo estaba expuesto con motivo del excesivo culto de los iconos".
"De nada sirvieron las referencias del patriarca Germán a la tradición de la Iglesia y a la eficacia de algunas imágenes que eran reconocidas por unanimidad "milagrosas". El emperador fue inamovible en la aplicación de su proyecto reformador. (...) Germán no quiso doblegarse a su voluntad en cuestiones que creía determinantes para la fe ortodoxa. (...) En consecuencia se vio obligado a dimitir como patriarca y se recluyó en un monasterio donde murió en el olvido. Pero su nombre fue ensalzado en el segundo Concilio de Nicea (787), (...) donde se reconocieron sus méritos".
De Germán se conservan "diversas homilías de argumento mariano, entre las cuales algunas han marcado profundamente la piedad de enteras generaciones de fieles en Oriente y Occidente" y algunos textos como el que el Papa Pío XII "engastó como una perla en la constitución apostólica "Munificentissimus Deus" (1950)" dedicada a la Asunción de María.
Benedicto XVI recordó que el santo ofreció una "gran aportación" a la tradición bizantina, donde "el decoro de la forma retórica en la predicación y todavía más en los himnos o composiciones poéticas (...) es tan importante en la celebración litúrgica como la belleza del edificio sagrado donde se desarrolla".
El Papa concluyó enumerando tres cosas que San Germán puede decir todavía a la humanidad contemporánea. En primer lugar, la necesidad de reconocer "la visibilidad de Dios en el mundo y en la Iglesia", porque "Dios creó al hombre a su imagen, pero esa imagen se cubrió de la suciedad del pecado" y el Creador "casi no se percibía. Así, el Hijo de Dios se hizo hombre y, (...) en Cristo la imagen verdadera de Dios, podemos (...) aprender a ser también nosotros imagen suya". Si para contrarrestar la idolatría y el peligro de las imágenes paganas Dios prohibió a los israelitas construir imágenes suyas, "cuando Dios se hizo visible en Cristo mediante la Encarnación, fue legítimo reproducir el rostro de Cristo" y "las santas imágenes nos enseñan a ver a Dios en el rostro de Cristo, de los santos y de todos los seres humanos".
En segundo lugar, Germán enseña "la belleza y la dignidad de la liturgia", que se debe celebrar "con la conciencia de la presencia de Dios y con la belleza y la dignidad que dejan entrever el esplendor de Dios".
El tercer punto es "amar a la Iglesia" . "Quizá en la Iglesia, como en nosotros, vemos - dijo el Papa- el pecado, lo negativo, pero con la ayuda de la fe (...) podemos hoy y siempre volver a descubrir en la Iglesia la belleza divina. En la Iglesia, Dios se nos ofrece en la Eucaristía, habla con nosotros, (...) nos perdona y nos enseña a perdonar. Recemos para que Dios nos enseñe a ver en la Iglesia su presencia y su belleza, a ver su presencia en el mundo y para que nos ayude, haciéndonos transparentes con su luz".

martes, abril 07, 2009

Brasil: Tercer aniversario de Fondo Misericordia


SAO PAULO, (7/04/2009).- El Fondo Misericordia ha cumplido su tercer aniversario en su labor de prestar ayuda material a las comunidades de la Iglesia en sus tareas evangelizadoras. Este proyecto durante sus tres años de existencia ha auxiliado a un incontable número de brasileños, ya sea en la construcción y reformas de seminarios, iglesias y conventos, ya sea en el mantenimiento de hospitales, asilos y guarderías; incluso en la compra de vehículos y embarcaciones que facilitan la acción misionera y, también, en la distribución de alimentos a comunidades más carentes.
Desde su inicio, hace tres años, el Fondo Misericordia ha destinado recursos a más de cuarenta ciudades de diferentes Estados brasileños. Sólo en el 2008 fueron beneficiadas diez arquidiócesis, dieciocho diócesis, dos prelaturas, cuarenta y nueve parroquias, veintitrés conventos, tres congregaciones de vida consagrada, cinco entidades de beneficencia, un hospital, una escuela, ocho guarderías y una asociación cultural.
El Fondo Misericordia -creado y administrado por los Heraldos del Evangelio- recurre a la generosidad de los colaboradores y afiliados de la Asociación y se les expone las apremiantes necesidades de las instituciones religiosas, las parroquias y las entidades consideradas de interés social. Con el fin de garantizar la ideoneidad de cada proyecto presentado éste debe contar con la respectiva autoridad religiosa del lugar.
”La propuesta más reciente surge con miras a favorecer al asilo Hogar Nuestra Señora de las Mercedes, de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, localizado en la ciudad de San Cayetano del Sur. Esta institución acoge a un gran número de personas ancianas y sin recursos y que, en muchos casos no tienen familia”, nos dice el Padre Lorenzo Ferronatto, EP uno de los directores del Fondo Misericordia.
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