Fallece Cardenal Antonio González, arzobispo emérito de Quito.
CIUDAD DEL VATICANO, 14 OCT 2008 (VIS).-El Papa ha enviado el siguiente telegrama de pésame por el fallecimiento, ayer lunes a los 83 años, del cardenal Antonio José González Zumárraga, arzobispo emérito de Quito (Ecuador).
“Hondamente apenado por el fallecimiento del querido Cardenal (...) deseo hacer llegar mi más sentido pésame al pastor, a los obispos auxiliares, así como al clero y a los fieles de esa Iglesia particular, y también a los familiares del difunto purpurado, uniéndome a ellos con fervientes oraciones de sufragio para que el Señor conceda su paz a quien ha servido tan intensa y generosamente a la Iglesia durante su ministerio pastoral, como guía de la diócesis de Machala y después como arzobispo de esa sede metropolitana. Con la fe en el misterio Pascual de Cristo que ilumina y llena de esperanza los momentos de dolor, y el recuerdo de un pastor entregado hasta sus últimos días a la misión evangelizadora, como Presidente Honorario de la Conferencia Episcopal y Presidente del Comité para el reciente Congreso Americano Misionero, entre otras actividades, me es grato impartir de corazón a cuantos lloran tan sensible pérdida una especial bendición apostólica.
“Hondamente apenado por el fallecimiento del querido Cardenal (...) deseo hacer llegar mi más sentido pésame al pastor, a los obispos auxiliares, así como al clero y a los fieles de esa Iglesia particular, y también a los familiares del difunto purpurado, uniéndome a ellos con fervientes oraciones de sufragio para que el Señor conceda su paz a quien ha servido tan intensa y generosamente a la Iglesia durante su ministerio pastoral, como guía de la diócesis de Machala y después como arzobispo de esa sede metropolitana. Con la fe en el misterio Pascual de Cristo que ilumina y llena de esperanza los momentos de dolor, y el recuerdo de un pastor entregado hasta sus últimos días a la misión evangelizadora, como Presidente Honorario de la Conferencia Episcopal y Presidente del Comité para el reciente Congreso Americano Misionero, entre otras actividades, me es grato impartir de corazón a cuantos lloran tan sensible pérdida una especial bendición apostólica.
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